Hace unos días estabamos en espera de la entrega del coche neurolgógico, silla que llamamos de transición hasta la llegada de la silla que pedimos a Senadis como ayuda técnica. Pero un día pasó algo, esas cosas que provocan giros insospechados. Bruno había mojado la silla de ruedas que usa actualmente (la que ya está chica y definitivamente no sirve..) en el colegio. La profesora y asistente decidieron sentarlo durante esa tarde en una silla de ruedas que estaba disponible....pero no una neurológica sino una diseñada para niños activos que pueden autopropulsar la silla..y wow!!! estaban todos fascinados de como estuvo sentado, con buena postura y más activo....cuando lo fui a buscar no podia creer lo que mis ojos estaban viendo. Si hasta intentó mover la silla.
Esto que acabo de contar marca un antes y un después. No se porque a veces tendemos a quedarnos ahi, con ciertos miedos que nos entrampan, ciertas ideas preconcebidas que lo único que provocan es poner techo a nuestros hijos. ¿Por qué insistir en una silla neurológica que restringe sus movimientos, cuando Bruno puede más? Las necesidades van cambiando, estan en constante evolución. Y que bien que es así..
Bueno, y en que termina todo esto?? ese día hasta me desvelé pensando en como haría para cancelar la compra de esa silla. Menos mal que no fue problema y hoy encargamos por fin la silla con accesorios y todo, como mesa y tapa rayos para que Bruno no se apriete sus dedos en las ruedas. Ahora a esperar 45 días (si, mucho!) pero felices, se ve increible en su silla, se hecho SE VE porque visualmente hay más Bruno que silla, ya que ésta es más pequeña y baja. Pero lejos, lejos, lejos....no es maravilloso cambiar de silla neurológica a una silla más comun y corriente? eso gracias a su control de troco y cabeza, y al uso de brazos que ha mejorado notablemente. Las posibilidades se amplían, ya muero de ganas con verlo empujando esas rueditas. Bien Bruno!!!