Como siempre, la eterna lucha contra el reloj. Mi día comienza a las 7 am, cuando en 45 minutos me preparo para ir a la oficina, tomo un desayuno rapido, dejo remojando dos cucharas con 5 globulos de propoleo+echinacea cada una para los niños (eso es sagrado) y me subo al auto. Luego, la carrera por Av. Andres Bello junto a miles de vehiculos con personas tan apuradas como yo, a una velocidad que supera lo permitido.
El trabajo en la oficina, para especificar un poco, es de tasaciones de bienes inmuebles. Y los clientes...los bancos. O sea, todo es para ayer, con bastante presión y muchos intereses en juego. De 8:30 a 13:00 estoy sentada en el computador, supervisando tasaciones, respondiendo mails con consultas y fundamentando valores.
Pasadas las 13 horas estoy de nuevo en el auto, por Av. Andres Bello rapidito para llegar lo antes posible a la casa. Entre medio, el supermercado y la verduleria de barrio 1 o 2 veces por semana. Y semana por medio directo desde la oficina voy a la comuna de El Bosque a hacer una inspección técnica al colegio que proyecté como independiente, muy lejos de mi casa.
Ya en la casa, lo primero es abrazar a mis niños. En general Renato duerme a esas horas, por lo que Bruno aprovecha al máximo mi regaloneo. El almuerzo es rápido, creo que dura un promedio de 15 minutos. A esa hora a veces esta Neil y podemos almorzar juntos, lo que me encanta.
Asi empieza la tarde, con 1 hora de ABR, tv y regaloneo casi exclusivo con Bruno. A eso de las 16:00 despierta Renato, jugamos un poco, preparo algo para comer a Bruno (20 almendras+fruta+germen de trigo+miel) y ya son las 17...Luego algo mas de ABR, y más tarde nos instalamos en la cocina con Bruno y Renato para comer, muy temprano. Eso demora, hay que preparar el te de hierbas de Bruno, darle la ensalada y luego el plato de fondo. Renato come rapidisimo, y ya esta agarrando la cuchara para comer solito. Esto, sin ayuda de Discovery Kids, seria imposible.
Al rato, la hora del baño. En invierno, no todos los días. En verano, todos los días.
La hora del sueño...un día es facil, al otro no. Un día Renato reclama, al otro Bruno...pero hoy en general se duermen solitos gracias a las flores de Bach y a mi insistencia en que cada mochuelo duerma en su olivo.
Esos son mis días...mirando constantemente la hora, tratando de ganarle al tiempo. Bueno, como todas las mamás que trabajan! eso si que parece que esta eterna maraton me esta pasando la cuenta con jaquecas repentinas y alteraciones visuales. Las mamás nos acostumbramos que en la ultima fila de la lista de cosas por hacer, está el autocuidado...hasta que algo pasa.